10 lugares que ver en Heidelberg
10 lugares que ver en Heidelberg
En esta entrada 10 lugares que ver en Heidelberg os presentamos la ciudad universitaria más antigua de Alemania, de las más visitadas del país. Es una de nuestras ciudades preferidas de Alemania ya que con su romántico ambiente que parece de cuento de hadas y su idílica ubicación entre bosques y viñedos, justo al lado del río Neckar, conjuga vida estudiantil, pintorescas callejuelas, locales románticos y juveniles, cultura e impresionantes monumentos.
La principal atracción de Heidelberg es, sin duda, el castillo de los Príncipes Electores, de notable importancia en el ámbito germánico y desde el que se disfruta de una magnífica vista sobre el valle y la ciudad.
Otro elemento a resaltar en Heidelberg es su ambiente universitario, su universidad es la más antigua de Alemania y hasta tiene una cárcel de estudiantes, que fue utilizada en su día.
Pero vayamos al grano, y empecemos a desgranar cada uno de los 10 lugares que ver en Heidelberg.
10 lugares que ver en Heidelberg
El Castillo de los príncipes electores (Schloss Heidelberg)
Dentro de los 10 lugares que ver en Heidelberg sin duda el principal es el Castillo de Heidelberg (Schloss Heidelberg); el Castillo se ha convertido en el gran símbolo de Heidelberg.
Construido alrededor del año 1.300 como un castillo fortificado, el castillo fue ampliandose durante los 400 años que fue residencia de los condes palatinos y electores de la casa de Wittelsbach, que desde aquí gobernaron el Palatinado del Rin.
El palacio, como también se denomina, es una demostración de su estatus real y en su época dorada rivalizó con el esplendor de las cortes imperiales de Viena y Praga; en el Castillo de Heidelberg tenían lugar animadas fiestas y torneos durante esa etapa.
Pero las murallas que se conservan hoy en día también hablan de la destrucción del castillo a finales del siglo XVII, de su letargo en el siglo XVIII y del inicio del turismo bajo el signo del romanticismo del siglo XIX.
Según entramos al patio del castillo, lo primero que nos llamó la atención fue el majestuoso Friedrichsbau. Mandado construir por el principe elector Federico IV este palacio residencial es obra de Johannes Schoch que lo levantó entre 1601 y 1607, en el lugar de un antiguo edificio medieval. Aquí era donde habitaba el príncipe elector con su familia. En 1.693, durante la Guerra del Palatinado, el Friedrichsbau sufrió graves daños y en 1764 se quemó.
Otros edificios dentro del conjunto del Palacio o Castillo de Heidelberg son el edificio de las doncellas, el edificio de la biblioteca, el impresionante Palacio Ottheinrichsbau y otro punto muy visitado por los turistas, la bodega de los toneles, donde se encuentra el Gran Tonel, con una capacidad de más de 220.000 litros de vino.
Este no es el primer Gran Tonel del Castillo de Heidelberg, es el cuarto, y se hizo durante la regencia de Carl Theodor, en 1.751, utilizando 130 robles de gran tamaño para su construcción. El primer Gran Barril se había hecho en el año 1.592 pero se destruyó durante la Guerra de los 30 Años. El barril tiene en la parte superior una pista de baile.
Junto al Gran Tonel encontraréis una estatua de un famoso bufón, Perkeo, que murió el día que se dejó persuadir y bebió agua en vez de vino. El nombe de Perkeo se lo pusieron porque al bufón le preguntaban por qué no bebía una copa más de vino y el respondía en italiano «per che no?» y de ahí le quedó el apodo.
Además dentro del Palacio se encuentra el Museo Alemán de la Farmacia, para aquellos que estén interesados en la materia seguro que es de su interés.
Para finalizar os vamos hablar de los dos lugares por los que váis a pasar en la visita al Castillo de Heidelberg, su patio (el scholosshof), un lugar desde donde puedes observar la impresionante arquitectura que te rodea y dejarte llevar en el tiempo y la Gran Terraza, desde donde podrás contemplar unas vistas sensacionales de Heidelberg, del río Neckar y de los montes y llanuras del Rin. Además en la Gran Terraza os retamos a que encontréis una huella de un caballero y , según la leyenda, si vuestro pie encaja dentro de ella vais a tener una vida llena de felicidad, ¿quién no lo prueba?
Como subir al Castillo de Heidelberg
Pues básicamente hay dos opciones:
a) A pie, por una senda en cuesta.
b) o en funicular
La subida a pie es un poco costosa pero tampoco nada que exija una excelente condición física, nosotros la primera vez subimos andando sin problema alguno, además es un recorrido en el que empiezas a visualizar el Castillo y su entorno, el sendero empieza en la zona sur de la Kornmarkt.
La otra opción, que hicimos en nuestra segunda visita a Heidelberg, es la subida en funicular, un funicular del año 2.004 que te lleva desde la Kornmarkt al Castillo unos 5 minutos, en una subida de casi 500 metros hasta la estación Molkentur. Luego, si lo deseas, puedes subir a la cima de la montaña, la Kónigstuhl (silla del rey), pero ahí ya vas en otro funicular, del año 1.907, del que no te podemos contar la experiencia porque nosotros, este segundo tramo, no la hemos hecho en ninguna de nuestras visitas a Heidelberg.
El precio del funicular y la entrada al Castillo era de 9 €, con esta entrada podrás hacer el viaje de ida y vuelta, la visita al Museo Alemán de la Farmacia, al patio del castillo y visitar el Barril Grande. Para visitas al interior del castillo tienes que contratar una visita guiada (6 €) o una audioguía por el mismo precio. Para ver precios actualizados y horarios consultar la web del Castillo de Heidelberg.
Los jardines del Palacio (Schlossgarten)
El Schlossgarten, el Jardín del Castillo se extiende por los alrededores del Castillo de Heidelberg y son un lugar encantador para relajarse, dar un paseo y disfrutar de las vistas de la ciudad y del río Neckar.
Los orígenes de los jardines del Castillo de Heidelberg se remontan a 1614, fue entonces cuando se creó un jardín renacentista geométrico, el Jardín del Palatinado, que adquirió fama en toda Europa.
Este jardín fue diseñado durante el reinado del elector Federico V por el arquitecto Salomon de Caus entre 1614 y 1619, pero no se completó y en su época se consideró una obra maestra. Cuando el elector se mudó a Praga en vísperas de la Guerra de los Treinta Años, las obras se paralizaron. El jardín cayó en mal estado, fue parcialmente remodelado como jardín barroco en el siglo XVIII y rediseñado como jardín de estilo inglés a principios del siglo XIX.
Actualmente, es un parque paisajístico romántico con una gruta artificial, en su esquina sureste, que en su día contenía fuentes decoradas con piedras, conchas y coral, y los pabellones de jardín.
El puente viejo (Alte Brücke)
El Puente Antiguo de Heidelberg (Alte Brücke) o Puente de Carlos Teodoro, es una construcción decorada con una imponente puerta, esculturas y una singular estatua de un mono.
La historia del puente es compleja, ya que antes de él, desde el año 1.284 hasta el año 1.784, lo que hubo fueron sucesivos puentes de madera, el último lo llevó una inundación. Fue el príncipe elector Carlos Teodoro quien encargó la primera construcción de piedra en 1786. Este puente aguantó más hasta el año 1.945, cuando los soldados alemanes lo destruyeron. El puente que cruzas hoy en día es un puente reconstruido en el año 1.947, gracias a los donativos de los ciudadanos de Heidelberg. El Puente Antiguo se ha convertido en uno de los símbolos de Heidelberg.
En la zona sur se encuentra la Puerta del Puente, esta Puerta era parte de la muralla antigua. A ambos lados se observan las torres simétricas, coronadas por agujas de estilo barroco. Junto a la puerta está el Mono del Puente (Brass Monkey) , una escultura de bronce que simboliza la igualdad entre los habitantes de la ciudad y los forasteros, dicen que si la tocas tendrás buena salud y volverás a Heidelberg.
La estatua más cercana a la zona antigua de Heidelberg representa el príncipe elector Carlos Teodoro.
La Haupstrasse
Una de las principales calles peatonales de Europa, con sus más de 1,8 kilómetros la Haupstrasse que la convierten en una de las más largas.
Por donde discurre la Haupstrasse, antes de la fundación de Heidelberg en el siglo XIII, existía una vía de tráfico que se mantuvo como calle al fundarse esta.
Antiguamente había en ambos extremos una gran puerta, al igual que la Karlstor actual, situada en el extremo oriental, que todavía está bien conservada y es una atracción turística en Heidelberg.
Se convirtió en peatonal en 1.969 y hasta entonces había sido la principal vía de tráfico, incluído el tranvía.
Numerosos edificios antiguos embellecen la calle. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la Haus zum Riesen , el edificio del Hotel Zum Ritter, la Heiliggeistkirche (la Iglesia del Espíritu Santo), el Ayuntamiento y muchos más que se conservan desde hace años en la Haupstrasse.
La calle principal- la Haupstrasse– va desde Bismarckplatz hasta la Karlstor, el arco de entrada al casco antiguo de Heidelberg, muy cerca de la otra estación de trenes de Heidelberg, la más pequeña, la Alstadt.
El camino de los filósofos (Philosophenweg)
En el lado sur, el más cálido, de la Colina de los Santos se encuentra el Paseo de los Filósofos, donde crecen plantas del sur, como almendros, higos y castañas.
Para tener una vista de postal de Heidelberg y del castillo nada mejor que subir caminando por la senda de los filósofos, desde allí las vistas son impresionantes.
Esta famosa vereda, que serpentea a lo largo de la cara soleada del Heiligenberg ha servido de inspiración a poetas y escritores a lo largo de los siglos.
Este sendero comienza justo encima del Puente Viejo, frente al casco antiguo, y atraviesa viñedos en terrazas hasta llegar al bosque. Está parcialmente rodeado de arbustos y árboles, así como de algunos hermosos viñedos, pero hay varias plataformas de observación para disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.
Como os decíamos al principio, la senda de los filósofos se encuentra la Colina de los Santos, donde también encontrarás las ruinas de los Monasterios de San Miguel (el punto más alto de la colina) y San Esteban y el el «Thingstätte» , un enorme escenario al aire libre de la época nacionalsocialista.
Actualmente hay una ruta de senderismo, la «Celtic Trail» en la que recorres el espacio que hay entre los dos monasterios y donde se pueden contemplar también ruinas antiguas.
La Plaza del Mercado (Markplatz)
La Plaza del mercado es una de las plazas más antiguas de la ciudad de Heidelberg. Se encuentra delimitada el este por el ayuntamiento y al oeste por la iglesia del Espíritu Santo. En el centro de la plaza se erige la majestuosa Fuente de Hércules, construida entre 1706 y 1709 como recordatorio de los inmensos esfuerzos requeridos para reconstruir la ciudad tras su casi total destrucción en la guerra de sucesión del Palatinado, entre 1689 y 1693.
Es un lugar ideal para tomar un café o una cerveza en sus terrazas cuando hace buen tiempo.
El mercado semanal tiene lugar dos veces por semana en la plaza, donde puedes ver puestos con frutas, verduras, dulces típicos y artesanía.
En invierno, en la plaza del mercado se celebra el mercado navideño de Heidelberg y el ayuntamiento se ilumina con motivos navideños.
Iglesia del Espíritu Santo (Heiliggeistkirche)
La Iglesia del Espíritu Santo (Heiliggeistkirche) se empezó a construir en el año 1.398 para finalizar en el año 1.544. Es una Iglesia de un gran tamaño, tamaño que puedes apreciar cuando te encuetres en la Plaza del Mercado.
Ha sobrevivido a todos los bombardeos de las 2 Guerras Mundiales sin daños. Su torre y los grandes ventanales son de estilo gótico. En sus muros exteriores hay varios puestos donde se venden recuerdos y objetos religiosos.
Una vez en el interior os llamará la atención la altura de su nave y el techo abovedado.
Es la Iglesia del Catecismo de Heidelberg, el Catecismo de Heidelberg es un documento confesional protestante para uso en la enseñanza de la doctrina cristiana reformada. Fue escrito en 1563 en Heidelberg a petición del príncipe elector Federico III, que era calvinista. También hay que recordar que aquí se encontraba la «Biblitoeca Palatina» que fue transportada y llevada el Vaticando después de la Guerra de los Treinta Años.
Una curiosidad: desde el año 1706 al año 1936, un muro divisorio separaba la nave para ofrecer servicios a católicos y protestantes.
Otra cosa que llamará tu atención si te fijas en las vidrieras es la vidriera denominada «Vidriera Física» (Physikfenster) ya que en ella aparece la ecuación de Einstein junto con la fecha del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. Fue instalada en el año 1.984.
Era la Iglesia donde se enterraban los príncipes electores, pero ya solo queda una tumba, la del príncipe elector Roberto II, el resto fueron destruidas durante la Guerra del Palatinado, en 1.693.
Se puede subir a lo alto de la torre, de 38 metros, desde donde tendrás unas vistas impresionantes de la ciudad, en especial del Castillo, el Puente Viejo y el fantástico paisaje que rodea Heidelberg. El horario es los viernes y sábados de 11:00 a 17:00 y los domingos de 12:30 a 17:00, para ver horarios actualizados hacer click en este enlace. A nosotros nos costó 2 € en su día y la entrada se compraba allí mismo.
La cárcel de estudiantes (studentenkarzer)
La Universidad de Heidelberg fue fundada en el año 1.386, lo que la convierte en la más antigua de Alemania, llamada también «Ruperto Carola» en honor del conde Ruperto I que fue su fundador y de Carlos Federico, el primer Gran Duque de Baden que la reorganizó a principios del siglo XIX.
En el siglo XIX la Universidad destacó por su alto nivel de investigación pero también trajo otras consecuencias, entre ellas, el desmadre estudiantil.
Como consecuencia de ese «desmadre» se creó en el año 1.870 la Cárcel de Estudiantes, que estuvo activa hasta el año 1.914.
Por ella pasaron casi 2.000 estudiantes, que habitaron sus 5 celdas, donde además tenía su casa «el portero», que era una especie de policía universitario.
Los delitos típicos eran cantar de noche, peleas, romper mobiliario urbano, retar a duelo,…Esta cárcel era muy particular y al final nadie se la tomaba muy en serio, ya que la vida en prisión era cómoda y entretenida, se jugaba a las cartas, se pintaban las paredes, no había que ir a clase,…tanto que al final pasar por la cárcel de estudiantes era casi un ritual de iniciación.
La Cárcel de Estudiantes se encuentra en el número 2 de la calle Augustinergasse, a la vuelta de la esquina de la Antigua Universidad (Alte Universität), entre la Hauptrasse y la plaza de la Universidad. El horario de visitas es de 10 de la mañana a 6 de la tarde, el precio de la entrada, que va combinada con la entrada al Museo Universitario era de 6 €. Si por cualquier razón está cerrado el Museo Universitario hay una entrada reducida por 4€. Para ver precios y horarios actualizados visitar la página de la Cárcel Universitaria de Heidelberg.
La Karlsplatz y la Kornmarkt
La Karlsplatz una de las plazas más bonitas de Heidelberg, de forma rectangular, la Karlsplatz ofrece unas vistas preciosas del Castillo de Heidelberg, por lo que si visitas esta bella ciudad no te la debes perder. Se llama así en honor al gran Duque Carlos Federico de Baden.
Muy cerca se encuentra la plaza del Mercado del Grano (la Kornmarkt), que tiene en el centro una estatua de la Virgen; en el sur de esta última plaza se encuentra el inicio del camino que conduce al Castillo de Heidelberg.
Cenar y salir de copas
Una ciudad como Heidelberg, con la tradición universitaria y de turismo que tiene ofrece al visitante una gran variedad de lugares para cenar y luego salir a tomarse una copa.
Nosotros os vamos a recomendar tres restaurantes en los que poder comer y/o tomar unas buenas cervezas.
El primero de ellos es el Palmbräu Gasse, situado en el número 185 de la peatonal Haupstrasse. El local es precioso, con una decoración rústica de piedra y madera, muy acogedora. Pero si el local es bonito la comida y la cerveza no se quedan atrás, nosotros probamos unos codillos espectaculares acompañados de una cerveza casera excelente. A lo que hay que unir que era un plato abundante y con un buen precio. Sin lugar a dudas un lugar que os recomendamos visitar en Heidelberg.
Continuando con nuestra ruta gastronómica por Heidelberg, otro restaurante que hemos visitado y nos ha gustado ha sido el Zum Roten Ochsen (el buey rojo). Este es uno de las tabernas/restaurantes para estudiantes más antiguos de Heidelberg, lleva regentado por la misma familia desde el año 1.839; tanto es así que personajes históricos como Bismarck y Mark Twain pasaron por aquí. Tiene un pianista acompañando desde las 7 de la tarde algunos días y es otro de los lugares donde degustar comida típica alemana y regional, aquí probamos el codillo y la pechuga de buey, muy ricos, aunque vimos que hay comida para vegetarianos pero lo que más nos llamó la atención fue la sopa de cerveza.
Es un local que rezuma historia por los cuatro costados, con cuadros y decoración que te transportan en el tiempo. Se encuentra situado en el número 217 de la Haupstrasse. Os dejamos el enlace a su web para ver precios actualizados.
El tercer lugar que os recomdamos es el Kulturbrauerei Heidelberg, un lugar para disfrutar de unas cervezas excelentes y de la comida tradicional de la región. Se encuentra en pleno casco histórico ( Leyergasse 6) y el local es precioso, con techos altos, lámparas de arañas y decoración clásica que te transporta a otros tiempos. En cuanto a la comida probamos unos Spaetzle de queso muy ricos y un codillo de cerdo, y en cuanto a la cerveza probamos unas Maibock, con cuerpo y un aroma dulce que tuvimos que repetir. Os dejamos el enlace al menu del Kultubrauerei para consultar precios actualizados.
Una curiosidad: el beso del estudiante
En el número 16 de la calle Haspelgasse se encuentra la Chocolatería Knosel, conocida por la elaboración del famoso «beso del estudiante» (Studentenkuss), un bombón de chocolate.
A mediados del siglo XIX Fridonlin Knosel era un muy reputado pastelero, motivo por el cual las jóvenes universitarias acudían a su local para disfrutar de sus manjares, eso atrajo a los estudiantes varones que acudían para atraer la atención de las jóvenes, que eran vigiladas muy de cerca por sus institutrices.
Knosel se dió cuenta de la jugada y en 1.863 creo un bombón de chocolate que le llamó, muy inteligentemente, el beso del estudiante (studentenkuss), y lo promocionó como un detalle muy galante por parte de quien lo regalaba. Fue una manera muy práctica de enviarse mensajes, ya que si la chica aceptaba el bombón era que admitía el inicio de la relación y si se lo devolvía significaba que rechazaba la pretensión del estudiante.
Como diría Goethe, que paso largas temporadas en Heidelberg: «Otros duermen el vino, pero yo lo llevo a los papeles. El que no bebe y no besa está muerto«.
Estas son solo algunas de las muchas cosas que puedes ver y hacer en Heidelberg. En esta entrada, 10 lugares que ver en Heidelberg hemos intentando contaros las que nos parecieron más interesantes y como en toda selección, no están todas las que son aunque si son todas las que están. La ciudad tiene una mezcla única de historia, cultura y belleza natural que la convierte en un destino encantador para visitar.
Nuestros hoteles en Heidelberg
De las dos veces que hemos visitado Heidelberg, en ninguna hemos podido quedarnos en el Hotel Zum Ritter, una experiencia que nos queda pendiente ya que el edificio es precioso y tiene buenas puntuaciones.
Aún así estamos satisfechos de los hoteles que hemos elegido tanto en el primer viaje como en el segundo.
En nuestro primer viaje nos alojamos en el Hotel Neckar Panorama, un hotel situado al lado del río Neckar y cerca de la estación de trenes, en este caso lo elegimos por la cercanía a la estación, se encuentra en la calle Bismarckstrasse, n 19. Aunque no está en en el centro está relativamente cerca, en unos 20 minutos te encuentras en la plaza Kornmarkt desde donde puedes subir al Castillo de Heidelberg. La famosa calle peatonal Haupstrasse se encuentra a 10 minutos a pie. Del hotel cabe destacar su desayuno y la atención del personal y las vistas, si tu habitación da a la zona del río. Buena relación calidad/precio. Os dejamos un enlace a su web para ver precios actualizados.
El hotel del segundo viaje fue el Hotel Anlage Heidelberg, situado en un precioso edificio, con un personal muy atento y servicial, habitaciones grandes y un excelente desayuno (mermeladas caseras, pan fresco, quesos, huevos preparados a tu gusto,…). Situado muy cerca de las principales atracciones turísticas de Heidelberg, en la calle Friedrich Ebert Anlage, la Kornmarkt, plaza donde se enucuentra la subida al Castillo se encuentra a poco más de 10 minutos caminando. Muy recomendable. Os dejamos un enlace a su web.
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